Si hay algo que es de común acuerdo entre hombres y mujeres, son las evidencias del predominio del factor "sentimientos" sobre el factor "mental" en la mujer, a la vez que en el hombre hay un preominio del factor "mental" sobre el "sentir". Si queremos renovarnos de una manera cómplice con nuestra propia especie y sinbiótica con nuestro entorno, deberíamos sentimentalizarnos tanto en el sentido masculino como en el femenino. Un senti-mentalismo muy alejado de la connotación machista del término.

 

Lo senti-mental consigue aúnar los presupuestos de acciones grandes, con el intimismo de emociones intensas. Semejante a Newton y la quántica. Sería la ansiada ley del Todo. Si dejamos de darle preponderancia a alguno de los dos factores, el sentimentalismo se convertirá en una forma de estar, de permanecer y de seguir; en una forma de reconciliar la experiencia mental de lo masculino y el recuerdo eterno del sentir femenino. Estas dos aparentes polaridades se hacen una cuando ninguna de ellas pretende dominar.

 

Les invitamos a que den vacaciones a la mente, denle vacaciones a los senti-mientos, y vivan este verano vacacional con un sentimentalismo cargado de poesía, de altruísmo, de sorpresa, de complacencia y de una repetida esperanza, a sabiendas de que con esta nueva versión estaremos en una consciencia que no precisa combate y que aspira permanentemente los aromas de la Creación.

 

 

Jose Luis Padilla